PARIS.- "Esas personas son payasos. Me hacen morir de risa". Esa fue la reacción de Nicolas Anelka cuando se enteró de que la Federación Francesa (FFT) lo había suspendido por participar en la revuelta del plantel durante el Mundial de Sudáfrica. El castigo determina que no podrá jugar en la selección por 18 partidos.

Han pasado dos meses desde que estalló la polémica y las llamas no se alejan de los bleus. Anelka fue expulsado del plantel por haber insultado al técnico Raymond Domenech. Al día siguiente, sus compañeros se negaron a entrenarse debido a esta situación. Horas después de que estallara el escándalo, Francia quedó eliminada del Mundial.

Fue tan grande la polémica que hasta el presidente francés Nicolás Sarkozy solicitó mano dura contra los revoltosos. La FFT formó una comisión de disciplina que investigó los hechos. Además de la sanción al delantero de Chelsea, castigó a Franck Ribéry y a Patrice Evra (5 partidos) y a Jéremy Toulalan (1). Eric Abidal no recibió condena alguna.

"Harían mejor en pasar la página, porque el nuevo técnico Laurent Blanc necesita trabajar en paz. Con esto sólo entretuvieron a la gente, porque a mí no me castigaron. Le cerré las puertas a la selección el mismo día que me expulsaron", agregó Anelkla.

Ribéry, otro de los pesos pesados de los bleus, quedó sorprendido por la manera en que aplicaron la sanción. "No entiendo por qué ciertos jugadores recibieron cinco partidos de suspensión y otros no fueron sancionados. Todos los futbolistas presentes participaron en ese asunto", sentenció el volante de Bayern Munich.

Llamativamente, Ribéry no está molesto por el castigo. "Por supuesto que voy a volver a jugar para Francia", enfatizó. Al igual que todos los integrantes del plantel que estuvieron en Sudáfrica, Ribéry no estuvo en el debut de Blanc. (Especial)